A través de los años hemos presenciado las enfermedades que han atacado al mundo entero, desde la Edad Media con la peste, hasta nuestra era con el SIDA. En un principio la peste fue una epidemia que atacó a mucha gente, se creía que los judíos eran los causantes de dicha enfermedad, la verdadera causante fue una bacteria llamada “Yersinia pestis”, la cual se reproducía en las ratas.
Seguidamente, la gripe española fue una pandemia, causada por un brote de Influenza virus A subtipo H1N1 que mató entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo entre 1918 y 1919. Se le denominó “gripe española”, porque la pandemia recibió una mayor atención de la prensa en España que en el resto del mundo.
Posteriormente el cólera atacó a Europa en el siglo XIX, aquella enfermedad fue provocada por la bacteria “Vibrio cholerae”, se manifestó como una infección intestinal con diarrea y vómito.
El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), es una enfermedad sin cura, se puede controlar para alargar unos años más la vida. Una persona padece SIDA, debido a la inmunodeficiencia provocada por el VIH, no es capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones que atacan a los seres humanos.
Las enfermedades que nos han atacado, denigran nuestro planeta, preocupándonos por esta situación, porque no sabemos hasta donde vamos a llegar con este MUNDO ENFERMO.
De ahí la idea de hacer un huevo roto, con sangre en medio y con una persona tratando de salir, con partes del cuerpo regadas por la sangre. El huevo representa vida, después la sangre derramada por cada uno de los que hemos habitado este planeta, también refleja dolor y sufrimiento.
El cuerpo incompleto del ser humano, simboliza las enfermedades que nos han ido desintegrando, por ende coloqué las partes del cuerpo regadas en la sangre.
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